lunes, 22 de febrero de 2010


Aún no entiendo por qué es tan complicado mirar atrás para encontrar el rumbo. Por qué nos cuesta tanto aceptar lo que hemos hecho, ya sea bueno o malo, pero jamás admitiremos que nos lanzamos al mar en un día de invierno y empezamos a nadar. Nos duele, nos duele ver como al mirar atrás vamos sintiendo más frío a cada segundo que pasa, y nos alejamos de todo aquello que nos rodeó. Ver como sube la marea y tú a su ritmo creces no es fácil. Por el simple motivo de que la corriente te arrastre a un sitio al cual tú no quieres llegar y pueda morderte un pez. Dicen que la vida es aguantar. Pero muchas veces nos ahogamos en este eterno mar que nos rodea, y no sabemos hacia dónde nadar porque ni siquiera mirando atrás sabemos hacia dónde dirigirnos. A veces alguien te encuentra y consigue hacerte emerger hacia la superficie.
Y ,muchas otras, tú solo, nadando sin cesar, sumas unas cuantas gotas de agua más al mar y luchas contra viento y marea. Pero sin darte cuenta, al luchar has abierto heridas que jamás sabes si llegarán a curarse.
Porque hay recuerdos que jamás se borran.

1 comentario:

  1. "Porque hay recuerdos que jamás se borran. "
    Porque hay mares que nunca se van.

    ResponderEliminar