miércoles, 24 de agosto de 2016

This is not a love poem

Te miro tan de cerca
que te emborronas
y diviso la suerte,
escondida tras dos ojos
que conocen el dolor,
pero lo olvidan.

Te veo tan de lejos
que redefines mis metáforas.
Aprender a bailar
en la locura
de vivir sin cuerdas
y sentirla lógica,
hacer todo
lo que no se dice.
Sentir todo
lo que nos callamos.

Ahora en vez de morir de amor,
estoy aprendiendo
a morir de vida.
A escuchar lo que sucede
fuera de las palabras,
y a no esperar
que todo sea como siempre
al darme cuenta
de que ya no espero nada,
y todo llega.

Te miro tan de cerca,
que te emborronas
y defino la suerte,
como no tenerte nunca
y saber que estás aquí
todos los días.

sábado, 28 de mayo de 2016

To love is to understand

To love
is to understand.
To say no to standards.
Stop telling women
to love their bodies,
to fuck their minds.
Tell’em to understand them instead.

I need these legs
to stand the weight of the world.
Because it’s tough
and I’m thick and strong
for my purpose.
I need this chest
to hold a sometimes heavy
sometimes light heart.
Chest full of fireflies
which needs sparkling eyes
not to burn itself,

honey.
I need this 6’9 foot to breathe.
To remember how big I am
every single second
society tries to tell me to stay tiny.
I need this body.

I need this tummy.
This island covering
my belly button
this security belt
to protect my bones.
Fuck your muffin tops.
Fuck your thigh gaps
and your paper sheets
covering your waist.
There’s this poem written
in the reverse; hidden.
Because only viruses go viral.

Trust me,
I need this face.
I need this eye bags
to carry my few hours of sleep,
Wondering how could I help myself
to change my own perception
of my wounds.

How could I tell myself hey:
this is your body.
It’s not a temple,
it is not sacred,
you need no one to pray for it,
or say instead hey:
this is your weapon.
You need those legs to run further,
you need that huge chest to be filled
you boobs are so small because your heart is too big
or your tiny eyes can see closer.

So I can just come home and say
hey,
I love this hands
because they can write change
and scream love.
And touch deeply over distance.
I love this hands
because they create metaphors,

and metaphors are healing.

____


Amar
es entender.
Es decir no a las convenciones.
Dejad de decirle a las mujeres
que amen sus cuerpos,
que follen sus mentes.
Pídeles que las entiendan.

Necesito estas piernas
para soportar el peso del mundo.
Porque es pesado,
y yo soy grande y fuerte
para mis fines.
Necesito este pecho
para guardar un corazón que pesa
o es demasiado ligero.
Pecho lleno de luciérnagas
que necesita ojos que brillen
para no quemarse,

Mi amor.
Necesito este metro setetaicinco para respirar.
Para recordar lo grande que soy
cada segundo
que la sociedad trata de decirme que encoja.
Necesito este cuerpo.

Necesito esta tripa.
Esta isla que cubre mi ombligo,
este cinturón de seguridad
para proteger mis huesos.
Que les jodan a vuestros michelines.
Que les jodan a vuestros thigh gaps
y a vuestros folios
cubriendo cinturas.
Está este poema
escrito en el reverso,
escondido.
Porque solo los virus son virales.

Créeme,
necesito este rostro.

Necesito estas ojeras
para cargar con mis pocas horas de sueño,
preguntándome cómo podría ayudarme
para cambiar la percepción
sobre mis propias heridas.

Cómo podría decirme, escucha:
este es tu cuerpo.
No es un templo,
no es sagrado,
no necesitas a nadie que rece por él,
o decir en cambio, escucha:
esta es tu arma.
Necesitas esas piernas para llegar más lejos,
necesitas ese pecho enorme para llenarse,
tus pechos son tan pequeños porque tu corazón es demasiado grande,
o tus ojos son más pequeños para ver más de cerca.

Poder llegar a casa y decir
escucha:
amo estas manos
porque pueden escribir cambio
y gritar amor.
Y tocar profundo en la distancia.
Amo estas manos
porque saben crear metáforas,
y las metáforas curan.

lunes, 25 de abril de 2016

17:43 | Lunes

Usamos
cualquier patio en la ciudad
como escondrijo.
Con ojos de búho
piel de serpiente,
mirada de gato,
y vidas de más.
Seis malgastadas
en historias mediocres
y la última,
que a veces se vive primera,
quiso acabar con nosotros.

Colgué las sábanas
sin lavarlas antes
para secar
los recuerdos al sol
y dejar que la lluvia
se llevase el tedio:
la luna creciente
nos vio menguar,
llenarnos
y nacer de nuevo.

Las farolas
se daban la vuelta
y hacían de cuerda.
Yo montaba sobre ti
como en un monociclo,
torpe.
Y las mujeres
y los niños
aplaudían en sus casas
a la televisión.

El humo de un cigarro
alimentaba el ansia
de siguiente,
y otro,
y otro.
Las sábanas
empezaban a secar.

Se oían nanas
a media tarde.
Platos chocando entre ellos,
dedos rozarse,
olores a vainilla huidizos.
Mi huella en tu mano
y un silencio
permanente.
Marcas de bala
en la esquina
de una habitación.

Intimidades olvidadas
por zancadillas emocionales.
Recuerdos rugosos
de una etapa extraña.


Unas sábanas ardiendo
como papel de fumar.

viernes, 8 de enero de 2016

La última vez que te vi

Siempre
nos quedan asaltos.

La última vez que te vi
fue también en invierno.
No sabes nada 
del frío;
creímos por un momento
que igual te podía tumbar.

La última vez que te vi
estabas igual que siempre:
alegre y sonriente,
con los puños preparados para pelear
pero nunca en guardia.

Cada vez que te digo adiós
me pregunto cómo lo haces
o cómo lo has hecho hasta hoy
para no esquivar ningún golpe
y sin embargo
jamás permitir que te hieran.

Te quiero
porque sabes luchar
con las mejores armas
y sin nunca 
hacer daño a nadie. 




La última vez que te vi, lo único que me rondaba por la cabeza es que no he conocido jamás a alguien tan sabio como tú, solo por el simple hecho de cómo has sabido amar hasta el último momento de tu vida a todo lo que te rodea. Por la fe que ponías en todo y en todos día sí y día también. Estoy convencida de que no encontraré a nadie en el mundo que sepa querer tan bien, pero ya que he tenido el ejemplo, por lo menos voy a intentarlo.