lunes, 13 de septiembre de 2010


New york, 1869.

No sé de que me sorprendo. Ya llevamos más de un año enviándonos palabras de lado a lado del mundo. De corazón a corazón. Aún recuerdo los primeros meses, cuándo todo era nuevo, teníamos mil aventuras que vivir, mil cosas que contar. Todo soñado sobre papel e imaginado sobre realidades. Paradójico. ¿Real? Quién sabe...
Hace ya un tiempo que noto que no eres capaz de decirme nada. Que me escribes, pero tu tinta ya no me desgarra el alma. Tus labios no me besan mientras te leo. Sencillamente hablas sin tener nada que decir.
Entiendo que New York y Sidney no tengan nada que ver. No te culpo. Pero tú también prometiste empezar esta partida sin hacer trampas, y después de olvidar las normas me pediste por favor que yo las tuviese en cuenta.

La reglas eran simples, ¿Recuerdas? El juego se basa en sentir...

viernes, 3 de septiembre de 2010

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante." Oscar Wilde

Me he dado cuenta de que somos bastante inferiores a los animales en muchos aspectos. Nuestra vida es semejante al aprendizaje de un ave a alzar el vuelo.
Vivimos buscando la felicidad de la que científicos, poetas, filósofos, escritores y más locos de atar hablan. Al fin y al cabo, una felicidad fantasmal, ya que muchos hablan de ella pero pocos han tenido el placer de conocerla.
Es por eso que actuamos cuál pájaro que empieza a volar. Creemos vivir felices hasta que de golpe un día todo se gira, y te das cuenta de que has estado años buscando la manera de emprender el vuelo y sin comerlo ni beberlo la has encontrado en un estúpido detalle, que has hallado la esencia de vivir en una gota de rocío del amanecer, en las alas de una mariposa que ha caído a tu lado mientras tú...
Mientras tú diseñas tu propio cielo sin saber que aún te queda mucho por subir.
Lo peor de todo, es que mientras creemos estar viviendo con sentido, vamos cayendo al vacío sin querer.
La vida es un campo lleno de pozos. Quien consigue una ilusión o un sueño al que aferrarse puede conseguir salir de su calabozo subterráneo. Y el que no, seguirá cayendo al vacío, y cuando toque fondo, verá que ya se le ha hecho tarde para volar.

Que nadie os corte las alas. Al fin y al cabo será lo único que os salve.
Los humanos somos bocetos de sueños e ilusiones.