jueves, 22 de noviembre de 2012

"A solas con un ritmo"


Respirar algo de la nada para quedarme sumergirme en el todo; encerrarme en una cárcel sin puertas para que pierda el sentido y creer de nuevo que no estoy atrapada. Caer, ceder, cesar, cansar, probar, reír y mantener. Fuego, arder –o ser llama. O llamada, por qué no, de nuevo a la nada al todo y al por qué. ¿Por qué sigues? ¿Por qué amas? ¿Por qué tiemblas? ¿Por qué lloras? ¿Por qué te conformas? ¿Por qué no sonríes? Estás más guapa. ¿Por qué no dejas de preguntarte por qué? Respuestas –absurdidad en un agujero negro. Oyen pero no escuchan. Y tú sigues –riendo, llorando, sintiendo, al fin y al cabo viviendo- esperando a que vuelvan a hablar para mirarles confuso y aturdido sin saber qué decir...Y así tú volver a encenderte, enredarte, emocionarte, tensarte y distensarte sin dudar ni un segundo de que nada de lo que estoy diciendo tiene algún tipo de sentido.
Cero. 

domingo, 18 de noviembre de 2012

In victus

La tendencia a depender de alguien la hacía débil, la sublevaba a algo que ni siquiera quería querer. "No podía estar sola", esa era la única idea que rondaba por su mente al meditar acerca de su círculo. Necesitaba compañía, cobijo, abrazo, cariño, un oído que la escuchase y un par de trampas para que no pudiese ver los huecos de los errores. Aún así sabía lo que se escondía detrás del telón y que la mitad del paisaje era puro atrezzo que tirarían después de la escena final lluviosa-pero no le daba miedo porque sabía que estaba en si mano escribir el fin de la obra-, y que la mitad de los personajes actuaban o habían estado actuando- algunos se cansaron de hacerlo y se acabaron marchando y unos cuantos más los siguieron-. Era su vida, su gran obra maestra que subió el telón un día y ella quiso creer cierta; hasta que se cansó.
Una noche rasgó las paredes y quitó el papel pintado, rompió todos los muebles que probablemente sacaron de alguna tienda de segunda mano y movió todos los focos al centro de un muro y escribió lo siguiente con pintura verde:
"No quiero actuar más. Ni siquiera las escenas que parecían ser ciertas. Me voy. Quién me necesite en su vida que se largue por el camino contrario y busque en sí mismo el cobijo y el sentido que en mí hallaba. Quién no lo haga y me quiera a su lado que huya conmigo. No quiero a nadie que no sepa estar sin mi, quiero a los que sean y quieran ser conmigo. Vamos a ser valientes todos, vamos a querernos libres." Entonces subió el telón; entonces empezó a vivir.