lunes, 16 de diciembre de 2013

A las románticas de verdad no nos gustan las flores

Ya no sé si es el preguntarme
si tengo mucho que decir,
nada que callar
o
sencillamente
se me ha acabado el fuelle
y ya prefiero la nada
a que mis versos vuelvan a hablar de ti.

Y ya en este instante el orgullo me calla,
me pregunta por qué
y empieza a buscar sinónimos
o un plan de contingencia para cuando lo decida compartir.

El alma cogida con pinzas
y silencios rompiendo las puertas
haciendo más ruido que nunca.
Por miedo.

Y déjenme hablar tranquila,
o déjame tú amor callar,
que al parecer el romanticismo
me está taponando las venas.

Un pánico que abraza dulce
y yo ya apretando los dientes
por si hoy es el día en que así
de pronto
me apetece buscarme.

Generar nostalgia sin recuerdos
como si fuese un domingo
de causas desconocidas
e intenciones dudosas.

El problema es
que aprovecho cualquier décima de segundo
para hallar ni que sea una parte
que encontrar de una causa perdida.
Y en eso consiste el juego,
déjame decirte pues
que a las románticas de verdad
no nos gustan las flores.

1 comentario:

  1. Que hermoso texto la verdad, no se encuentran muchos blogs buenos. Te felicito porque tu blog es hermoso. te sigo, espero que hagas lo mismo
    http://avecesmepareceoirturisa.blogspot.com.ar/

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