martes, 2 de noviembre de 2010

WaiTrust.

Nacemos creyendo, nos hacen creer. Mitos, patrañas varias. Miedos enjaulados.

Crecemos aprendiendo, cambiando. Gozando de la libertad de ser quienes queremos o quienes creemos.

Nos caemos, levantamos. Aquél que dijo que era fácil y maravilloso se equivocó. Es frágil y camino frondoso.

No se si sabrán, pero yo he vivido poco. No lo suficiente como para poder juzgar vidas. Pero a su misma vez, creo tener suficiente criterio como para poder lanzar un grito al mundo. Cuando empezamos a caminar caemos y seguimos queriendo levantar hasta poder mantenernos en pie. Cuando conocemos a alguien empezamos a creer, a esperar, a confiar.

En ocasiones, debo decir que hay suerte. Encuentras personas que tienen dulce corazón, otras que no tanto. Aún así siguen contigo. De estas 10, en años van desapareciendo de cinco en cinco, quedándote limitadamente solo en tu propia oscuridad.

Sólo queda el tiempo, esperar a que llegue alguien en quién confiar para volver a caer y morderle la cola al pez de nuevo.

El mejor remedio para no sufrir, es creer en uno mismo, no esperar nada de nadie, almenos si éste no te ha demostrado con creces que creería en tí hasta cuando la posibilidades fuesen bajo cero.

Gracias a aquél que me ha pisado, me ha hecho crecer más fuerte. Gracias al que ha creído en mí, sigue a mi lado, téngalo seguro. Gracias al que me abandona un poco más cada día, no guardaré rencor alguno, sólo recuerdo.

Brindemos por los que quedan, sin llorar por los que marchan.

1 comentario:

  1. He brindado tantas copas por tus palabras que voy borracho entre tanto oro.

    ResponderEliminar