s, el sol vencía a la oscuridad, ninguna noche era eterna y si lo era la culpa no la tenía el hombre del saco.
Cada vez tenías menos amigos y más conocidos, también era cierto. Te contaron que deberías aprender a vivir solo, pero no empezaste a creerlo fielmente hasta que te diste cuenta de que no podías poseer nada en absoluto, que todo era rompible.
Cada vez tenías menos amigos y más conocidos, también era cierto. Te contaron que deberías aprender a vivir solo, pero no empezaste a creerlo fielmente hasta que te diste cuenta de que no podías poseer nada en absoluto, que todo era rompible.
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