jueves, 15 de abril de 2010

Se te olvidó ser un hombre.
Olvidaste recordarle cada mañana cuán de bonita que era, mientras a otras mirabas y tus ojos por ellas desvivían. Olvidaste decirle cada minuto que la tuviste en tus brazos la manera loca de la que la amabas. Olvidaste fijarte en su pelo, aquél día que estuvo dos horas arreglándoselo para gustarte. Olvidaste también tratarla como una princesa, pues con el paso del tiempo ésta se convirtió en sirvienta. Tampoco recordaste preguntarle si era feliz, cuando, mientrastanto, su sonrisa marchitaba con el paso de los dias. Lanzaste mil palabras al vuelo cuando marchó, y ella no recordó coger alguna de ellas. Todas las heridas que abriste en su roto corazón, empezaron a hacer grietas también en el tuyo. Pero a ella eso jamás la hizo feliz.
Lo único que pedía, era ver que la querías...

No hay comentarios:

Publicar un comentario