A veces me robas el equilibrio. La gran mayoría de ocasiones me lo devuelves. Es dificil pensar en que el "nosotros" pende de un hilo, y que puede romperse en cualquier momento. Aunque en realidad me gusta ese juego. El juego de buscar la manera de ascender. Y no sola, sino contigo. Y aunque a veces tropecemos y se nos caigan piedras encima de la cabeza del otro y nos enfademos, sé que el día que me caiga a pesar de lo que pueda pasar tú estarás allí para cogerme.
Te quiero mucho.
Ricard y Ane, 23 de mayo.
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